Siempre se hemos visto el CO2 como el veneno de nuestra era, pero la manera como lo ve la naturaleza es muy distinta; en un intento por recrear el como la vida usa este compuesto se realizo lo siguiente:
Islandia acaba de poner en marcha la primera planta con emisiones negativas de CO2, es decir, que consumirá más dióxido de carbono del que emitirá a la atmósfera.
Su funcionamiento es el siguiente: enormes turbinas absorberán grandes cantidades de aire, reteniendo las moléculas de dióxido de carbono para después dirigirlas bajo tierra, a una base de roca volcánica. Allí, el CO2 reaccionará junto con el basalto y quedará solidificado en forma de roca caliza.