Las semillas de las piñas (que darán fruto a nuevos árboles) crecen en su interior y las escamas tienen la función de protegerlas. Mientras las semillas crecen, las escamas de la piña permanecen cerradas varios años. Cuando las semillas han madurado y hay un día seco la piña se abre para dejar salir las semillas que el viento esparcirá. Los días húmedos y lluviosos las escamas permanecen cerradas para evitar que las semillas caigan en la tierra húmeda poco adecuada para su desarrollo.
La clave reside en que algunas partes de su estructura contienen lignina, mientras que otras son ricas en celulosa. La primera es muy poco sensible a la humedad y apenas cambia de tamaño cuando esta aparece, mientras que la segunda tiende a expandirse en su presencia. Así, cuando hay mucha humedad las fibras de las piñas se curvan hacia dentro, mientras que, cuando la humedad es escasa, se produce el efecto inverso. De esta forma, las semillas solo se liberan en épocas secas y cálidas