Si pudiéramos evaluar o medir la eco-productividad que brinda las montañas y cerros para la vida no solo humana sino de las otras especies y organismos, no seguiríamos llevando o alimentando la industria de la construcción a la escala exorbitante a la que hoy en día hemos llegado en Bogotá. Este gran organismo vivo si se le ve como conjunto (Enfriamiento del Suelo, producción de agua, hábitat para otras especies, productor de Oxigeno entre otras funciones), brinda beneficios extraordinarios que bajo el ojo humano, este no es consciente del daño que está produciendo a Largo Plazo para la subsistencia de su misma especie.