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Foto del escritorLucas Arango

"Architecture of a Whore"

Philip Johnson, arquitecto estadounidense, una vez dijo en una entrevista “I`m a whore… paid very well for high-rise buildings” en respuesta a las críticas que estaba recibiendo tras el diseño de un edificio construido en Boston. Años más tarde, encontré la frase “I am a whore” dicha por el arquitecto, fuera de contexto. En ese entonces entendí, o quise entender, que se refería a la capacidad que Johnson tenía de adaptar su arquitectura a las diferentes tendencias y retos que se le presentaran. Lastimosamente no era así.

Si buscamos en el diccionario de la RAE, la definición de arquitectura, nos encontramos resultados como “Arte de proyectar y construir edificios”, “Diseño de una construcción.”, “Conjunto de construcciones y edificios.”, “Inform. Estructura lógica y física de los componentes de una computadora”, tras estas definiciones el concepto se “amplía”, se define la arquitectura civil, la arquitectura hidráulica, la arquitectura militar, la arquitectura naval y la arquitectura religiosa. Y adivinen qué, todas se refieren al arte de construir, y sí, las definiciones son aceptadas, no lo puedo negar. La arquitectura se ha dedicado a construir, ya sea desde el arte o las matemáticas, elementos físicos a diferentes escalas que nos han facilitado el habitar. Época tras época es lo que ha hecho la arquitectura. Con la diferencia de la tendencia o movimiento del momento, en donde uno suele ser la rebelión contra el anterior. La definición no ha cambiado y la forma de hacer arquitectura tampoco.

Con la invención de la arquitectura y la tecnología hemos aprovechado el poder que tenemos para adaptar el entorno a la forma en la que queremos vivir, nunca al revés. Estamos creando y viviendo en una constante que no parece mejorar. Desde lo personal, me parece algo irónico la incapacidad que tenemos de cambiar, y el gusto y apego por lo estático, en un universo en donde la única constante es el cambio. Mi visión como arquitecto radica en lo que en un principio entendí de la frase de Johnson e introduzco el término “architecture of a whore” en donde se le cambia el aburrido significado a la arquitectura por uno encaminado hacia la creación del futuro y no de “construcciones y edificios”. Soporto y apoyo mi teoría con la palabra danesa, introducida al mundo por el arquitecto Bjarke Ingels de “formgiving” o la manera de darle forma a aquello a lo que aún no se le ha dado forma. Darle forma al futuro.

Como Darwin lo puso, “No es el más fuerte ni el más inteligente el que sobrevive, sino aquel que más se adapta a los cambios”.



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