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Foto del escritorAlejandra Pineda

Biomímesis en Arquitectura para Crisis Humanitarias: Conflicto entre la tecnología y lo elemental

Actualizado: 25 ago 2019

Hoy en día se hace referencia a la Biomímesis como “La nueva ciencia” que une al diseño con la biología, sin embargo, si se desglosa la palabra, se encuentra con que lo nuevo es el término “Biomímesis” y no lo que este significa. Desde la antigua Grecia se habla de la imitación de la naturaleza por parte del ser humano, entre los primeros registros sobre el tema están los planteamientos del filósofo Demócrito, quién definió la “mímesis” como la imitación de cómo funciona la naturaleza, este plantea que “... imitamos la naturaleza, cuando tejemos imitamos a la araña, cuando edificamos, a la golondrina, cuando cantamos, al cisne y al ruiseñor”.


Posteriormente Aristóteles, propone el “téchne mimeîtai phúsin” que se traduce en un principio como “El arte imita a la naturaleza” Donde se entiende que el arte surge como una extensión de la naturaleza en cuanto a las necesidades que van naciendo en el ser humano. Lo más interesante de esto, es que no sólo se refiere a el vínculo entre la producción técnica y la naturaleza en cuanto a las analogías, sino en cuanto a la capacidad que tienen estos procesos de complementar lo natural. Esto se podría relacionar desde la arquitectura en cuanto a que por medio de esta, el ser humano adapta o modifica el entorno para poder subsistir en él, pero a la vez se aprende de este para poder transformarlo.


Ya mucho después, en 1505, Leonardo Da Vinci sería el primero en utilizar lo que hoy se conoce como Biomímesis, en su manuscrito “Codex sobre el vuelo de las aves” el cual consiste en un estudio sobre el comportamiento de vuelo de los pájaros, y lo clasificó en cuatro partes; la forma de volar batiendo las alas, la segunda, vuelo sin batir las alas a favor del viento, la tercera, lo que hay de común entre el vuelo de los pájaros, de los murciélagos, de los insectos y los peces, y la última, el movimiento a partir de un mecanismo. A partir de estos estudios, es que Da Vinci realiza los primeros bocetos de máquinas voladoras para el ser humano, ideas que se materializaron años después con el invento del avión.


En cuanto al campo de la Arquitectura, la Biomímesis se empieza a utilizar más tarde con Joseph Paxton, un botánico y arquitecto paisajista, que mientras estudiaba cómo mantener a la planta amazónica Victoria regia en un territorio como el de Inglaterra, se dio cuenta de las grandes capacidades portantes de la planta, y observándola, contempló que por debajo, la hoja de la planta tenía toda una estructura vascular que se encargaba de distribuir el agua por toda la superficie y rigidizarla, para que ésta no sufriera de daños en la hoja por el peso del agua. Es así como basándose en estos principios, diseña el Palacio de Cristal para “La Gran Exposición Londres en 1851” proponiendo una estructura metálica como medio de distribución de lar cargas, análoga al sistema vascular de la Victoria Regia, para sostener la envolvente de vidrio, análoga a la hoja de la planta estudiada. Este mismo principio lo utilizaron después diseñadores de grandes obras arquitectónicas, como Pier Luigi Nervi en 1960, quién en su obra el “Palazzeto de lla Sport” mediante un sistema de nervaduras logra sostener la cubierta del coliseo.


Hasta 1970 el término “Biomímesis” se menciona por primera vez por el inventor Otto Schmitt, donde este lo define como ““el estudio de la formación, estructura, o función de sustancias y materiales producidos biológicamente (como las enzimas o la seda) y mecanismos y procesos biológicos (como la síntesis de proteínas o la fotosíntesis) con el propósito específico de sintetizar productos similares a través de mecanismos artificiales que puedan emular a los naturales” Posteriormente, en 1998, África, aparece un edificio “Eastgate Centre” inspirado en las termitas africanas para brindar acondicionamiento térmico sin necesidad de generar gastos energéticos, pues las termitas en sus nidos poseen los principios básicos de termorregulación, en cuanto al eje en el que estos se orientan, en cuento a la forma, que consiste en una chimenea para que se disipe el aire caliente, dando paso al aire frío por debajo mediante una serie de conductos subterráneos excavados por las termitas, y el Eastgate Centre imita esto mediante múltiples aberturas que dan paso al aire exterior para ventilación, y mediante la masa del edificio, que calienta o enfría el aire dependiendo de las propiedades térmicas que tuviese este cuando llegaba.

Ese mismo año, se funda el gremio de Biomímesis, “Biomimicry Guild” en Montana, donde Janine Benyus, pionera de esta ciencia, la define como “una innovación inspirada por la naturaleza” donde “la cuestión no es si el producto o comportamiento es natural, sino si está bien adaptado a la vida terrestre a largo plazo”. Según Benyus, existen 4 enfoques desde los cuales se puede abordar este campo:

1. Considerando los cinco reinos de la naturaleza.

2. Analizando los procesos biológicos que realizan las especies.

3. Analizando fenómenos naturales, en cuanto estos generan protección y mantenimiento de los ecosistemas.

4. Estudiando las leyes de organización, crecimiento y distribución que tiene la naturaleza.


Ya finalizado la explicación del origen de esta “vieja nueva ciencia” es hora de pasar al otro extremo, el cual consiste en profundizar un poco en lo que el campo de la Arquitectura Biomimética puede aportar a el futuro. Ya existen varios proyectos contemporáneos y futuristas en torno al tema, pero al buscarlos hay dos que llaman particularmente la atención. Hypermembrane, un proyecto desarrollado por la empresa Eurecat, en Barcelona, está basado en un concepto de Arquitectura Muscular y un proceso de autorregulación, pues consiste en edificios que imitan movimientos de animales, es decir que funcionarían como músculos que se alargan y se comprimen.


Hypermembrane sería entonces un sistema de construcción, de forma libre, adaptable y autoportante, reduce consumo de energía ya que la piel de este permite que se cambien sus condiciones de posición y ventilación. Dependiendo de la gente que esté en el edificio o el clima. Para lograr esto, en su estructura se incorporan actuadores mecánicos que mediante programas digitales van generando formas no predeterminadas según las condiciones ambientales del espacio en el que estén. Otro proyecto que llama la atención es “Cite des Mériens”, un proyecto planteado por el arquitecto francés Jacques Rougerie, el cual consiste en una ciudad científica autosustentable con capacidad para 7000 personas, es una isla flotante en el mar, utilizando alta tecnología para este fin, e inspirado en la mantarraya, aunque esta inspiración solo se logra apreciar en un sentido formal, por lo que acá la biomímesis, se interpretaría en un sentido más poético o estético.


Se han buscado los dos extremos del campo de la Biomímesis, y diferentes formas de utilizar éste método, y en esto se evidencia que existe una clara línea de evolución en el tiempo del ser humano en su exploración práctica por esta ciencia, que empieza imitando a un animal con la simple acción de construir su nicho, a comenzar a utilizar las geometrías básicas con las que se estructura la naturaleza en las edificaciones, para llegar al extremo de buscar hacer de la de la escala arquitectónica, literalmente lo que podríamos llamar un organismo vivo, pues al igual que cualquier animal o cualquier planta, se movería y reaccionaría a cambios en su entorno.


Siempre se ha querido aprender de la naturaleza, y conforme avanza la tecnología, se facilita la replicación de esta, sin embargo, Se logra detectar un patrón conforme se avanza en la línea del tiempo de la biomímesis, ya que cuando se observan algunos proyectos de cerca, se comienzan a plantear dudas de sí realmente son proyectos que han sido desarrollados desde el campo de la biomímesis a la hora de buscar soluciones técnicas, o si simplemente se convierten en analogías que se establecen en el concepto de diseño, para darle un sentido poético al proyecto cuando dependen más de la inteligencia artificial.


Ahora que se ha analizado un poco sobre la historia de la biomímesis y para donde va, específicamente en proyectos de arquitectura biomimética, se podría empezar a indagar sobre otro tipo de aportes que nos pueda dar en el futuro, y las dificultades que surgirían si se plantean estos proyectos en otros contextos. ¿Qué pasaría si utilizáramos arquitectura biomimética para crisis humanitarias? Primero es necesario introducirse al tema de las crisis humanitarias.


Una crisis humanitaria es una situación de emergencia, en donde la vida, la salud, la seguridad o el bienestar de una población se ven amenazados, una emergencia, es cuando se presenta una crisis social, que está directamente relacionada con un fenómeno peligroso, el cual requiere de una intervención extrema, ya que en el contexto de una emergencia la comunidad no cuenta con las condiciones mínimas necesarias para su sustento y funcionamiento. Una emergencia puede ser causada por fenómenos meteorológicos (Inundaciones, tifones, ciclones, sequías, heladas, tormentas granizadas, olas de frío y calor y nevadas), fenómenos geofísicos (movimientos sísmicos, vulcanismos, avalanchas, derrumbes, deslizamientos de tierra, aluviones) fenómenos biológicos (plagas, epidemias) y desastres tecnológicos (incendios, explosiones, derrames de sustancias químicas, contaminación ambiental, guerras, terrorismo).


La arquitectura tiene un papel de intervención inmediato en una emergencia, pues como se planteó, estas pueden causar destrucción de infraestructura y edificaciones, por lo que dejan poblaciones sin refugio y aisladas de lo demás. La solución convencional para resolver el refugio rápidamente son albergues improvisados en coliseos, colegios, supermercados, universidades y otras edificaciones con gran capacidad y que no fueron destruidos durante la catástrofe. Aunque es una solución inmediata, lo ideal es que el tiempo de permanencia en estos albergues sea muy corto, puesto que las condiciones de confort no son las adecuadas, y no se puede garantizar una calidad de vida en este tipo de lugares.


Siendo así, ya en el mundo existen miles de planteamientos de viviendas de emergencia con el fin de extender el tiempo de permanencia que requiere la comunidad afectada. Una vivienda de emergencia es un hábitat temporal a mayor plazo que un albergue, para que esta sea una solución efectiva debe tener condiciones de confort (ergonomía, acondicionamiento térmico) acceso a servicios básicos (energía, agua, infraestructura vial) debe ser fácil de ensamblar o construir, asequible en cuanto a materiales y costos, y no debería tener un impacto negativo en el medio en donde se implanta.


Entre los prototipos de vivienda de emergencia existentes, están las tiendas de campaña, las cuales son las más rápidas de ensamblar, fáciles de transportar, cualquiera puede armarlas y no genera mucho impacto negativo en el medio ya que su ensamblaje y su retiro no genera ningún tipo de residuos, sin embargo no son muy resistentes, no tienen buenas condiciones de confort, y normalmente tienden a estar dentro de un albergue para ser protegidas de las condiciones ambientales. Están las casas prefabricadas, la cual es resistente y puede ser ensamblada y re ensamblada por lo que su impacto negativo en el ambiente es poco, pero suele ser difícil de ensamblar y de transportar, y no es muy asequible por los costos en materiales y en mano de obra que requiere.


La vivienda entablada puede ser fácilmente modificada y es de lo más asequible ya que los materiales suelen ser los que se encuentren en la zona y de bajos costos, requiere una planeación, mano de obra especializada, deja un impacto ambiental negativo por los residuos que genera su construcción y no es autoportante. La vivienda vegetal es flexible a modificaciones, no deja impactos negativos en el medio ambiente, puede convertirse en una vivienda permanente, pero requiere de conocimiento técnico, su construcción toma largo tiempo, y puede no ser muy resistente a las condiciones ambientales externas. Por último se resaltan otro tipo el cual es la célula de poliuretano, la cual es altamente resistentes, autoportantes y tienen un material de fácil de manipular, sin embargo este no es apto para todas las condiciones que se podrían dar en el entorno, requiere mano de obra especializada por lo que no es muy asequible y deja un impacto negativo en el medio ambiente. Hay muchos otros prototipos, pero no están solucionados del todo como para ser aplicados en la vida real, la mayoría porque no son prácticos para ser fabricados.


¿Cómo podría entrar el campo de la biomímesis a resolver los problemas de hábitat en las crisis humanitarias? Pero al mismo tiempo ¿Cuál sería las dificultades con las que se encontraría el diseño biomimético? Como se planteaba al principio del texto, la biomímesis nos lleva a mirar las soluciones que hay en la naturaleza, y en este caso, nos invitaría a observar como las diferentes especies reaccionan a los cambios en el ecosistema en 3600 millones de años de evolución, sin embargo, se observa que los proyectos del campo de la biomímesis, como los dos mencionados anteriormente, dependen cada vez más de inteligencia artificial y/o tecnologías muy avanzadas, que se podrían encontrar fácilmente inasequibles en un contexto de emergencia, pero también podrían llegar al otro extremo de en realidad no generar nuevos aportes al hábitat de emergencia si no simplemente replicar lo que ya se está realizando, con cualquiera de las dos, puede que proyectos como estos caigan en el peligro de nunca ser aplicados.


El contexto de una crisis humanitaria obliga a responder a la biomímesis con un claro equilibrio entre utilizar lo elemental (fenómenos físicos y/o químicos presentes en el medio ambiente) y la tecnología para que este pueda ser aplicado, pero entonces la pregunta a la que se llega es ¿Cómo? ¿Cómo hacer arquitectura resiliente a crisis humanitarias utilizando la biomímesis sin hacer de esta algo totalmente dependiente de la tecnología?

Referencias:

Apuntes de clase: “Vivienda de Emergencia”

forbes.com.mx/forbes-life/seaorbiter-barco-revolucionara-oceano/


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