DEL CENTRO A LA PERIFERIA Y NUEVAS CENTRALIDADES
El centro, ha sido durante mucho tiempo un elemento articulador, fundamental para el desarrollo o descubrimiento de espacialidades y formas de habitar un lugar, que surge entorno a un núcleo o elemento que tiene una connotación importante al tener elementos alrededor que dependen de él. Partiendo desde los inicios del hombre, cuando no se tenía conocimiento alguno sobre su existencia en este mundo, solo lo que sus sentidos le hacían sentir y percibir al estar en contacto con su entorno natural, y así hacer uso de sus instintos para sobrevivir. Por ejemplo, al tener frio, la sensación de no tener una temperatura óptima para una sensación confortable, surge la necesidad bien sea de resguardarse, de buscar un espacio para disminuir esa sensación, o mediante un elemento que ayude a disminuir más rápido esta sensación y así poder controlar la temperatura más rápido fácil, y controlar la sensación que provocaba inconformidad.
Al contar con un elemento como el fuego, y descubrir que al ubicarse en torno a este la sensación térmica mejora, y no solo la propia si no la del lugar que lo rodea, este elemento toma importancia y empieza a tomar la connotación de centro. Al contar con un elemento importante, pero frágil y débil ante las condiciones naturales del entorno, surge otra necesidad, y es la de proteger y resguardar ese elemento que al apagarse puede dejar atrás las condiciones confortables que brinda. José Ramón Alonso Pereira, en su libro Introducción a la Historia de la Arquitectura, toma el centro como “efectivo de desarrollo de la actividad arquitectónica”, es decir como elemento que propicia el crecimiento y la formulación de espacialidades y que permitan su protección y duración. Entonces, la cabaña, la primera tomada como la primera forma de arquitectura hecha por el hombre, primero se encarga de delimitar un espacio, creando una serie de dinámicas entre lo que está afuera (periferia), y lo que está al interior (centro). Segundo, la protección y el resguardo del exterior, hacia el centro como núcleo central del recinto.
José Ramón, en el mismo libro, dice “desarrollaremos la historia de la arquitectura, siguiendo la evolución a través de los siglos de la cabaña arquitectónica como edificio y como ciudad”. De esta manera tener varias miradas desde diferentes escalas sobre el centro y la periferia pasando desde el centro de una vivienda, hasta un edificio o espacio central, de un gran lugar delimitado como la ciudad.
Al pasar a una mirada más amplia, dejando atrás en centro como núcleo fundamental y espacial, la “periferia” que antes no se tenía en cuenta o no se hablaba de esta como elemento de habitar sino como un simple limite o borde que contiene al centro, y al avanzar en cuanto a evolución arquitectónica, la periferia comienza a tener connotaciones más importantes y a desequilibrar la balanza en términos cuantitativos respecto del centro. Albergando todos aquellos marginados que no pueden hacer parte del centro. La periferia aparece cuando el centro, con sus dinámicas económicas y sociales, no puede albergar o expulsa sistemáticamente a aquellos que no son capaces de mantenerse allí. Andres Precedo Ledo, en su libro Nuevas Realidades Territoriales Para el Siglo XXI dice “una desvitalización de los tejidos territoriales, generalmente asociados a espacios rurales alejados de los centros o ejes de crecimiento”. Remarcando que las ciudades, sus centralidades y las actividades que allí se desarrollan generan una expulsión, o competitividad que ciertos sectores no pueden igualar debido a sus condiciones económicas, sociales, marginándolos, llevándolos a sitios “periféricos” donde no entran en la dinámica de centro, por el contrario, pueden desarrollar actividades que no tienen complejidades más allá de lo que sus recursos permiten.
En el centro, no solo se concentran actividades económicas, sociales y cualidades espaciales, si no el poder y la jerarquización de la ciudad, en el artículo; Del núcleo a la periferia: el poder global y el caso de Asia Central, de Javier Mojal Garcia, este concibe al poder como “factor central de una sociedad jerarquizada. Los actores de una sociedad se definen en relación con el poder que poseen y ejercen”. Quitándole a la periferia toda acción sobre la toma de decisiones de un territorio, dejando a los bordes, sin poder alguno o capacidad de acción respecto de lo que sucede en un gran territorio como la ciudad, al marginar poblaciones y enviarlas a los limites urbanos.
La periferia, pierde toda autonomía para controlar todo aquello llega allí proveniente del centro, aumentando su densidad sin control, y sin un paradigma, que, de las pautas o las formas para ocupar las periferias, sin tener nada más que hacer que densificar y esperar nuevos modelos de territorio que favorezcan su crecimiento.
Albergando familias en condición de pobreza que por su situación les es imposible acceder a viviendas formales, accediendo a poblar estos límites de la ciudad, donde no hay paradigmas establecidos, mas allá de la necesidad de habitar algún lugar. Como se mencionó antes, en centro expulsa y margina las poblaciones o elementos que no pueden entrar en una dinámica competitiva del interior, También como un ejemplo de lo que pueden llegar a convertirse las periferias, teniendo en cuenta nuevos escenarios urbanos, Andres Precedo Ledo, hablando acerca de nuevos escenarios urbanos, “las megaciudades, las de crecimiento más acelerado, estarán en las regiones menos desarrolladas”.
Bogotá, su área metropolitana y sus periferias, se puede tomar como un ejemplo en donde hay una separación evidente, no a nivel urbano, si no a nivel económico, cultural y social. Hacia los años 70´s, en el desarrollo de barrios nuevos, producto de desplazamiento, falta de oportunidades, se comienzan a desarrollar barrios informales como Ciudad Bolívar, en los bordes de la ciudad, donde la aferencia de las actividades centralizadas no alcanza, creando un desequilibrio marcado entre lo que es el centro y estos barrios informales, donde estos van a depender del centro, mientras que este puede ser autónomo. Solo en escenarios futuros donde se aprovechen las oportunidades de crecimiento y se pueda dar valor los lugares periféricos.
Lo que hace suponer que hacia futuro cuando Bogotá pueda tener un desarrollo territorial controlado, como dice Andrés Precedo Ledo, “la difusión de las nuevas tecnologías en el territorio, asociadas a la posibilidad de formular o imaginar nuevos modelos de urbanización” gracias a todas aquellas nuevas tecnologías que permiten sustituir todos aquellos modelos vigentes que se centralizan en un solo sitio de poder, y lograr que nuevos modelos se conformen entorno a centralidades desarrolladas en las periferias.
¿Qué pasa con todo aquello que se encuentra en medio del centro y la periferia, como se podría llamar a los espacios que crean la relación entre centro periferia?
¿Cómo pasar de periferia a un nuevo modelo de centro llamada centralidad?
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