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Foto del escritorAndres Ibañez

Eco-productivitas: De formas físicas a contribuciones ambientales

Actualizado: 5 ago 2019

Con el frenesí de la urbanización, hay una preocupación mundial sobre la capacidad de las ciudades para producir y mantener un entorno saludable. Los servicios ambientales son vitales para el bienestar humano y la integridad de la naturaleza: la gestión del agua, suministro de alimentos, filtración de aire, producción de energía, aumento del hábitat natural y la biodiversidad, entre otros. La próxima generación de la arquitectura verde no sólo va a reducir los impactos negativos y cargas sobre el medioambiente, sino que va a producir valor social y ambiental en nuestras ciudades mediante la generación de ecoservicios.





¿Qué son los co-beneficios?


Imagine un propietario que con su edificio limpia el aire contaminado de la ciudad, produce oxígeno, captura dióxido de carbono, reduce el volumen de agua que va al alcantarillado pluvial, reduce el riesgo de inundaciones, absorbe ruido, crea hábitat natural para la fauna y flora locales, combate el cambio climático y crea nuevos espacios de recreación para la gente. Imagine que por crear estos beneficios públicos ese constructor recibe un incentivo en cargas urbanísticas que no afectan el recaudo de hacienda. La arquitectura eco-productiva es una forma de concebir el entorno construido por el hombre como una fuente de servicios ambientales.


Esta arquitectura se integra funcionalmente a red de espacios naturales y seminaturales, y es una solución de altísimo valor para la sociedad porque es la forma más efectiva de aportar a la integridad el ambiente sin necesidad de utilizar suelo baldío, un recurso cada vez más escaso en las ciudades. Al incorporar naturaleza y tecnologías eco-productivas en suelo urbano y edificios se crea un gana-gana entre los privados, las administraciones y sobre los ciudadanos. Estos espacios crean bienestar general, de ahí que sean la base de los co-beneficios y otras formas revolucionarias de intercambio cívico.


Nuevas formas de medir el desempeño ambiental de la infraestructura:


Al comprobar que un hecho arquitectónico está en capacidad de ser fuente de servicios ambientales urbanos, se hace necesario que concibamos nuevos métodos para determinar su desempeño en eco-productividad, para ir un paso más adelante a las certificaciones ambientales. El método LAEB (Land-based Average Ecoproductive Baseline) o LESP (Línea base eco-productiva asociada a coberturas de suelo promedio) permite determinar la eco-productividad de un proyecto de infraestructura mediante un índice superior a cero, comparando la tasa anual de creación de 12 servicios ambientales en una unidad de suelo de una hectárea con la del proyecto a partir de 4 escenarios de línea de base que permiten a su vez expresar la eco-productividad a través de 4 índices: 1) IEPn (Indice de Ecoproductividad basado en pre-existencia) El método LAEB basado en la ecoproductividad de las condiciones pre-existentes permite determinar si el proyecto supera o no la taza de generación de n servicios ambientales en relación con esas condiciones iniciales expresadas en la unidad de superficie y tiempo propuestos. Si el índice es mayor que cero y menor que 1 significa que el proyecto no supera dicha tasa. Si el índice es mayor a 1, significa que el proyecto incrementa el valor ambiental del predio. 2) IEMn (Indice de Ecoproductividad basado en área metropolitana) El método LAEB basado en la ecoproductividad de las condiciones metropolitanas permite determinar si el proyecto supera o no la taza de generación de n servicios ambientales en relación con el territorio urbano, expresada en la unidad de superficie y tiempo propuestos. Si el índice es mayor que cero y menor que 1 significa que el proyecto no supera dicha tasa. Si el índice es mayor a 1, significa que el proyecto incrementa el valor ambiental de la ciudad. 3) IEZn (Indice de Ecoproductividad basado en unidad de planeación zonal) El método LAEB basado en la ecoproductividad de las condiciones metropolitanas permite determinar si el proyecto supera o no la taza de generación de n servicios ambientales en relación con la unidad de planeación zonal, expresada en la unidad de superficie y tiempo propuestos. Si el índice es mayor que cero y menor que 1 significa que el proyecto no supera dicha tasa. Si el índice es mayor a 1, significa que el proyecto incrementa el valor ambiental de la unidad de planeación zonal. 4) IEEn (Indice de Ecoproductividad basado en ecosistema local) El método LAEB basado en la ecoproductividad de las condiciones metropolitanas permite determinar si el proyecto supera o no la taza de generación de n servicios ambientales en relación con un ecosistema natural local, expresada en la unidad de superficie y tiempo propuestos. Si el índice es mayor que cero y menor que 1 significa que el proyecto no supera dicha tasa. Si el índice es mayor a 1, significa que el proyecto incrementa el valor ambiental planetario. Los índices de ecoproductividad son una pieza clave para la forma como entendemos el desempeño ambiental de la infraestructura y la cultura material en general.


La nueva visión de la infraestructura ecoincremental integra lo mejor de la arquitectura sostenible (que minimiza impactos negativos) y la arquitectura ecoproductiva (que genera impactos positivos). El método LAEB es también un elemento clave para avanzar en políticas de planeación urbana basadas en los co-beneficios



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