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Foto del escritorPhilip Fonseca

El encuentro del no-lugar

Actualmente la civilización se ha orientado a los veloces movimientos para grandes masas de personas, mismas masas que acceden de manera continua y asertiva a colosales volúmenes ubicados en la ciudad a los que se les denomina como centros comerciales, campus, aeropuertos, dependiendo de la actividad particular que estas realizan. Estos llenos y vacíos infestados de masas son lo que se denominaría en 2002 como “Basuraespacios”, concepto evolucionado del no-lugar tratado por diversos pensadores y filósofos, pero que, en su corta trayectoria ha surgido con varias definiciones y ramificaciones, algunas contradiciendo otras, por lo cual el presente texto explorará tales definiciones para encontrar el precursor de los no-lugares, de modo que se puedan identificar aquellos mismos espacios en la actualidad.

Este concepto descriptivo de una zona (interior o exterior) surge como respuesta al modernismo y al crecimiento de la ciudad, así como su sectorización y el continuo interés de las ciudades en generar espacios de ocio y comercio, como lo llamaría Marc Augé en 1992, la sobremodernidad, desglosando a la sociedad en ser poseedora de tres excesos: Tiempo, espacio y ego. Nos permitimos desplazarnos durante amplios periodos de tiempo a nuestros destinos, los cuales, abarcan varios metros cuadrados a pesar del limitado espacio en la tierra.

Exposición International Style, Philip Johnson: https://www.archdaily.com/409918/ad-classics-modern-architecture-international-exhibition-philip-johnson-and-henry-russell-hitchcock

¿Es entonces el no-lugar un resultado de la arquitectura moderna? Con los lineamientos del etnólogo francés, la respuesta sería un estricto sí, en concordancia con su señalamiento de los lugares han de ser lugares de identidad, relaciones o históricos. Los no lugares serían zonas donde se pierde la identidad cultural de una comunidad, donde nada es diciente de una cultura, como la arquitectura internacional, la cual como respuesta a la globalización genera objetos reconocibles por una población internacional, sin reflejos de la cultura o historia de la comunidad presente. Es en el segundo punto donde se entra en conflicto, la cualidad relacional, al no haber interacción entre individuos surge el no-lugar, un favorecimiento del anonimato, es decir, ¿Acaso la primera vez que un grupo de personas se dirigían de un punto A a B nació en no lugar? Se podría argumentar que

“Se parte de la base que los no-lugares han existido desde siempre, y al igual que la racionalidad de sirve de la irracionalidad para constituirse como tal, los lugares se sirven de los no-lugares para constituirse como tales.”

-Gallardo Frías, Laura. (2011) LUGAR / NO - LUGAR / LUGAR EN LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA. Universidad politécnica de Madrid


De modo que la circulación que conectaba la caverna con las manadas de presas hubiesen sido concebidos como un no-lugar, pero, al involucrar los espacios basura de Koolhaas, se comprende que las zonas estudiadas son hechas por el hombre, del mismo modo en que Augé argumenta que es producto de la modernidad, es decir, los no-lugares son creaciones conscientes de las personas.

El último punto planteado en el texto de 1992 es el de la relevancia histórica, mencionando que los puntos históricos son atractores de personas y estos elementos están constantemente referenciados en el resto de la ciudad mediante letreros, señalizaciones y anuncios, por lo cual dicho elemento está constantemente en el imaginario de la población en cuestión, resaltando el valor histórico-cultural ¿Es esto justificativo para que un espacio histórico abandonado o inexistente, por ejemplo, sea un lugar? En ‘Basuraespacio’ se argumenta que en los espacios basura predomina la publicidad, una amplia vitrina que expone anuncios a las personas, pero no tiene un significado real, es un elemento distractor. Así mismo se puede tomar como caso estudio el análisis de Roland Barthes al centr


o histórico de Kioto, el cual está plagado por circulaciones, sin presencia de un espacio donde las personas puedan estar, dado que el palacio del Daimyo ocupa el centro y se encuentra bloqueado a dichos flujos, denominándolo como ‘centro vacío’. Por ende, se entiende que la cualidad de lugar no está dictaminada por sus referencias en el resto de la ciudad o su valor histórico, se resalta entonces que una zona histórica se presta como un no-lugar si no es habitado.


Centro histórico de Tokio: https://www.architectural-review.com/essays/reading-the-city-roland-barthes-in-paris-and-tokyo/10038988.article


¿Sería entonces el palacio imperial de Daimyo en Tokio exponente de los primeros no-lugares? Se ha de entender el contexto histórico en el cual se da esta pregunta, si bien fue hecho de manera consciente por individuos y actualmente se percibe como un no-lugar, la utilidad en el periodo feudal era de un lugar, había interacciones entre distintas facciones de la monarquía, así como un flujo de individuos, no un paso de masas de personas.

Además de ser realizado de manera intencional, el no-lugar primigenio debe haber sido un no-lugar desde su concepción. Se regresa entonces a la aproximación de la pérdida de la individualidad como identificador de los no-lugares. El favorecimiento del anonimato se da una vez hay masas de personas, en las cuales se denomina a todos como un ‘comprador’, ‘consumidor’, ‘pasajero’, etc. Se ha de buscar el primer espacio en el cual estas personas en un aglomerado, se han denominado de esta manera, llegando entonces a las primeras grandes mercados (en las pequeñas se mantiene una interacción social, e inclusive una relación barrial), centros comerciales y estaciones.

Los mercados no se conciben como no-lugares, sus inicios como un espacio consolidado aparecen en la antigua Babilonia y concuerdan con la habitabilidad horaria que menciona el arquitecto neerlandés:

“Debido a que se consume intensamente, el mantenimiento del «espacio basura» es fanático: el turno de noche deshace los daños del turno de día en una interminable repetición a la manera de Sísifo. Igual que nosotros nos reponemos del «espacio basura», el «espacio basura» se repone de nosotros: entre las 2 y las 5 de la madrugada, otra población distinta, ésta despiadadamente eventual y apreciablemente más oscura, se dedica a limpiar, rondar, barrer, secar, reponer…”

-Koolhaas, Rem (2002) Junkspace. Al fin liebre

Pero, esta sola cualidad no indica que sea un no-lugar, al haber una población menor, el consumo era menor y permitía un grado de interacción social. Se entiende también que, la ubicación de estos mercados surge como una respuesta a las actividades de la comunidad y, en la línea de pensamiento de Marc Augé, se puede comprender etnológicamente por qué se ubica en una zona específica, del mismo modo que en una isla se podría ver zonas de interés y zonas prohibidas según el desplazamiento de las personas. Si la ubicación y tipología se pueden entender al estudiar a la población, no ha de ser un no-lugar.

Para determinar la cualidad de las estaciones y centros comerciales inicialmente se recae en una cuestión cronológica, dado que, en ambos casos, se cumple con las cualidades necesarias para el no-lugar, con el Great Gostiny Dvor de San Petesburgo midiendo 53000m2, tamaño el cual permite comprender que su aforo es mayor al de comunidades históricas del pasado, de modo que sus usuarios podrían denominarse como ‘compradores’ o ‘pasajeros’. Cumple también con la mínima interacción posible, dedicando sus espacios a acciones que no implican sociabilidad. En ambos casos se aprecia que su diseño no responde a una cuestión social, sino a la facilidad de que se pueda acceder en grandes masas y comprar o esperar a la llegada de un tren. Finalmente, se puede resaltar también que carece de las tres categorías que presenta Marc Augé, pero es de resaltar que sólo el mercado tiene un primordial interés en el consumo, en confinar casi herméticamente a las masas en su interior para que hagan parte de las compras. De tal forma que el mercado, datando de 1757 (la estación siendo de 1830) y por su interés en encerrar a masas de personas, se convierte en el precursor de los no-lugares, este título se ve reforzado con el uso constante de estos espacios como ejemplos para diversos autores, siendo acompañados por aeropuertos y autopistas de gran escala, espacios los cuales, aparecen más de cien años después, pero son del mismo modo exponentes idóneos de los no-lugares y espacios basura a partir de los caracteres observados en este texto.


Great Gostiny Dvor, St.Petesburgo. Benjamin Patersen: http://www.statemaster.com/encyclopedia/Department-store



BIBLIOGRAFÍA

Gallardo Frías, Laura. (2011) LUGAR / NO - LUGAR / LUGAR EN LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA. Universidad politécnica de Madrid

Koolhaas, Rem. (2002) Junkspace. AL FIN LIEBRE EDICIONES DIGITALES. En línea: http://www.doyoucity.com/site_media/entradas/docs/Rem_Koolhaas_-_Espacio_basura.pdf

Augé, Marc. (1992) Los no lugares, espacios del anonimato. Design Blogs, Universidad de los Andes. En línea: http://designblog.uniandes.edu.co/blogs/dise2609/files/2009/03/marc-auge-los-no-lugares.pdf

Gallardo Frías, Laura. (2011) LUGAR / NO - LUGAR / LUGAR EN LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA. Universidad politécnica de Madrid. En línea: http://oa.upm.es/10903/1/LAURA_GALLARDO_FRIAS.pdf

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