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Foto del escritorlaura paerez

Formas y metamorfosis del espacio público

Con el fin de tratar cualquier tipo de cambios operados sobre el espacio público, es preciso definirlo, ya que como cualquier espacio este carece muchas veces de límites, propiamente dichos, bien sea por su propiedad de ser inmensurable o inmedible, ya que son los volúmenes construidos muchas veces aquel elemento que delimita los espacios que llamamos públicos.



Las definiciones que rondan el espacio público son infinitas al igual que sus formas, desde la aparición del Ágora en la antigua Grecia, las ramblas en Barcelona, hasta las formas más contemporáneas del urbanismo. Sin embargo, el carácter urbano del espacio público ha sido siempre una constante.


Parece redundante darle tanta importancia a esta característica que parece evidente, y es que cuando hablamos de espacio público se define dentro de los estatutos de la norma urbana de muchas formas, Pero a lo que se hace referencia, y es de suma importancia, es que el espacio público no podría serlo si no se encuentra relacionado con la ciudad (villa, metrópolis, megaciudad, etc) el lugar mismo de la civilización y la cultura, puesto que es precisamente el espacio que posibilita el encuentro y el intercambio, actividades que están en el seno mismo de la definición de una colectividad, de una sociedad (Gamboa, 2003).


Una vez definida la estrecha relación entre el concepto de ciudad y espacio público, es vital por comprender qué es lo que le da el carácter de mutabilidad a este conjunto. El urbanista Salvador Rueda junto con colaboradores ha desarrollado un concepto de lo mas particular que denomina “urbanismo ecológico”. La ecología en si misma es la biología de los ecosistemas, aquella que estudia las relaciones entre los organismos y su entorno y eventualmente analiza cómo estas interacciones afectan operaciones como la distribución o la abundancia, la evolución o la degeneración del ecosistema mismo, es decir los cambios operados a través del tiempo.

“Un sistema es un conjunto de elementos físico-químicos que interaccionan. Si entre los elementos hay organismos biológicos, al sistema lo llamamos ecosistema.” (Rueda, 1995)


En este orden de ideas el sistema urbano como ecosistema es susceptible a cambios, como cualquier otro sistema donde interactúen organismos biológicos. Por consiguiente, el espacio público, también está sujeto a modificaciones, es un sistema que evoluciona, muta, cambia, evoluciona o se degenera, y como ya se mencionó en un principio, al ser un espacio colectivo donde yace el concepto mismo de la civilización, este está sujeto a los cambios socio-culturales, político-economicos y físico-territoriales. (Garcia, 2009)


Es decir que es un territorio de la ciudad donde el habitante, tiene derecho a circular libremente, si a esta definición se le agregan las dimensiones ya mencionadas, se tendría, entonces el concepto de espacio público mejor definido. La definición de espacio publico tiene entonces un peso realmente importante dentro de la esfera urbana, por tal motivo no debe ser extraño que para algunos urbanistas este sea considerado como el espacio mas importante de la ciudad, y que además dentro de las listas de bienes de interés cultural de algunos países aparezcan elementos que conforman el espacio publico como lo son terrazas, rondas, puentes, paseos, etc.

En el contexto colombiano sin embargo, nuestros bienes de interés cultural se vuelcan más hacia volúmenes construidos como lo son las basílicas, iglesias, museos, casa representativas, etc, pareciera que dentro de nuestro concepto de urbanidad no valoramos de la misma forma los espacios construidos que los no construidos, es decir, el espacio publico y todos los elementos vinculantes a él -plazas, callejuelas, malecones, rondas hidráulicas peatonales, etc.- no parecieran ser tenidos en cuenta lo suficiente como para ser incluidos dentro de las listas de bienes culturales, por extensión que su valor de colectividad no tenga tanto peso en la cultura del colombiano como su trascendencia histórica y su misma definición nos hace entender.


También es cierto que nuestro urbanismo primero, es decir las trazas de damero originales con las que se fundaron originalmente muchas poblaciones, no estaban pensadas para desarrollar y potenciar el espacio público y las interacciones sociales sobre el mismo, por lo contrario, el espacio público tenia un uso meramente funcional de transporte y flujos comerciales o de jerarquía y símbolo de poder al estar en la mayoría de los casos, la plaza frente a un recinto religioso. Desde esta perspectiva se puede comprender que sean estos centros históricos, con reducidas áreas de espacio público, los que, por su valor y significancia en nuestra memoria colectiva, sean los espacios que hoy en día mantenemos como bienes de interés cultural, que han, como todos mutado, y ahora las calles que no fueron diseñadas para abarcar el sentido de colectividad, son un poco incomodas para realizar su función de espacio de reunión que muchos le adjudican al espacio público.



Entonces es necesaria una reflexión del valor que últimamente le estamos dando al espacio público en Colombia, porque aunque el espacio público adopte diferentes formas a través del tiempo, tendrá siempre la esencia de colectividad, y por lo tanto se le pueden dar infinitas connotaciones al mismo.

Por ejemplo, como elemento de cohesión social, en Bucaramanga, con la ultima iniciativa de urbanismo táctico que se lleva acabo en las calles, recuperando zonas de inseguridad y dándole mas importancia a la movilidad alternativa; o resignificando espacios los parques sobre el rio Medellín que integra ambas orillas del mismo; o como atrio para admirar la historia que corre por las calles de Cartagena en el Camellón de los mártires.


Finalmente, el espacio público puede tener tantas connotaciones como definiciones y se le puede resignificar, realzar o por lo contrario conservarlo tal cual esta, con una mínima intervención. Sin duda, sea la forma en la que se le de tratamiento al espacio público, sigue manteniendo su carácter colectivo, con mas o menos virtudes que conferirle y sigue cambiando y mutando, en tanto el tiempo siga corriendo.

Palabras claves:

Formas del espacio publico

Colectividad

Significancia del espacio publico


Bibliografia

Rueda, S. Ecologia Urbana, Editorial Beta, (1995).

Rueda, S. (s. f.). Urbanismo Ecológico. Recuperado 2 de septiembre de 2020, de http://www.estudislocals.cat/wp-content/uploads/2017/01/Urbanismo_ecologico.pdf

Gamboa Samper, Pablo (2003). El sentido urbano del espacio público. Revista Bitácora Urbano Territorial, 1(7),13-18.[fecha de Consulta 3 de Septiembre de 2020]. ISSN: 0124-7913. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=748/74810703

UNAM, & GARCÍA VÁZQUEZ, M. L. (2009). Propuesta de anteproyecto para la recuperación del sector 4. UNAM. Recuperado de http://www.ub.edu/multigen/donapla/espacio1.pdf

Imagenes tomadas de EL TIEMPO, recuperadas 3 de septiembre 20020. https://www.eltiempo.com/

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