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Foto del escritorPaulina Arango

La espiritualidad en el caos

Herramientas de lo inconmensurable en la arquitectura para la creación de espacios que logren conmover y así recuperar el significado del patrimonio arquitectónico


La arquitectura en el siglo XXI ha ido perdiendo el simbolismo y el significado que tiene. Hoy en día, se ha convertido en un negocio del sector inmobiliario, que busca solamente construir una serie de viviendas que son todas iguales, para poder venderlas rápidamente. Aunque esto tiene unas implicaciones sociales que son bastante importantes, ya que se trata de vivienda de interés social, todos los esp acios son los mismos, sin nada que los diferencie de los otros ni los haga más especiales. Antes, los arquitectos buscaban que sus edificaciones despertaran algo en la sociedad del momento. Claro está, los tiempos han cambiado y las prioridades son otras. Antiguamente, la arquitectura más importante y la que buscaba generar un impacto, era la arquitectura religiosa. Se quería mostrar la grandeza de Dios, haciendo sentir al hombre más pequeño de lo que en realidad. Lo conmovedor surgía a partir de la idea de una religión o de un ser superior a nosotros. Pero como ya se dijo, las cosas han cambiado. La religión ha perdido importancia y seguidores a lo largo del tiempo. Cada uno de nosotros busca vivir su religión como quiere y según sus necesidades. Muchos, pertenecemos a una religión, pero no la practicamos. Entonces, si no hay religión ¿Qué espacios de espiritualidad nos quedan en la ciudad?


Estos espacios son los que, a mi criterio, me conmueven. Son escasos, pero existen. Por esto, este artículo tiene como fin exponer la evolución de lo inconmensurable en la arquitectura para entender como logarlo en la sociedad actual que parece carente de un norte o de creencias específicas.


“¿Cómo pueden proyectarse cosas con tal presencia, cosas bellas y naturales que me conmuevan una y otra vez?”. Esta es la pregunta que se hace el arquitecto Peter Zumthor en su libro "Atmósferas" y que me parece apropiada para empezar este escrito, el cual busca hallar una posible solución a lo que yo considero un problema de la arquitectura actual y es la pérdida de su esencia y su propósito de conmover a todos los que la habitamos.


La calidad arquitectónica debería tratarse de sí un edificio me conmueve, más allá de si es "bello" o no. “Para mí la realidad arquitectónica sólo puede tratarse de que un edificio me conmueva o no” (Zumthor, 2006). Pero ¿qué es aquello que me conmueve? Según Louis Kahn, es lo inconmensurable. Lo inconmensurable, como mencionado anteriormente, es el espíritu psíquico que se expresa a través del sentimiento y el pensamiento. Aquello que va más allá de las cosas que podemos medir. Sin embargo, para llegar a lo inconmensurable, es necesario que la arquitectura se someta a medios mensurables. “El diseño constituye un acto mensurable. En ese momento es como si el diseñador fuera la naturaleza física misma, ya que en la naturaleza física todo es medible, aun lo que todavía no se ha medido…” (Kahn, 1961). Entonces ¿cómo llego a lo inconmensurable si estoy usando aquello que si puedo medir? Entiendo lo inconmensurable como la esencia, el espíritu, lo que va mucho más allá de lo tangible. Esto se da por el significado que puede llegar a tener una edificación, su historia y algunos otros factores que se alejan de lo formal. Esta condición de inconmensurabilidad la podemos ver especialmente en los monumentos arquitectónicos. Según Louis Kahn, la monumentalidad en arquitectura debe definirse como una cualidad espiritual inherente a la estructura que porta en si la inmortalidad. Dice que no puede crearse de manera intencional, y que no necesita de los mejores materiales ni las mejores tecnologías para lograr dicho cometido.


Es importante entender qué son los monumentos y cómo han ido evolucionando con el pasar del tiempo. Sin darnos cuenta, los monumentos han estado siempre presentes en la humanidad. La sola naturaleza del hombre y esa necesidad de sentirse pequeño y vulnerable, es lo que ha permitido la creación de diferentes monumentos o elementos que buscan rendirle homenaje a algún evento o ser significativo para el hombre. Si nos vamos atrás en la historia, podemos ver varios ejemplos de monumentalidad que el hombre, si necesidad de materiales complejos o tecnologías avanzadas, logró de manera empírica. Comienzo con el ejemplo de las misteriosas ruinas de Stonehenge ubicadas al oeste de Londres. Construido entre el final del Neolítico y principios de la Edad de Bronce, Stonehenge consta de unas gigantescas rocas que delimitan el primer espacio sagrado de la historia. No era visto solamente como un elemento espacial, sino también como un lugar místico y sagrado. Rendía culto al sol, según la posición de este y la hora del día. Las texturas, las sombras y los colores, dan una calidad y cualidad diferente al espacio. Aunque el propósito de Stonehenge era netamente astronómico, dichas sombras lograron despertar sensaciones en aquellos hombres que habitaban allí en las aldeas cercanas.


Ruinas de Stonehenge

Otro ejemplo son los templos del antiguo Egipto. Dichos templos eran creados para rendir culto a los diferentes dioses de la cultura egipcia. Estas grandes edificaciones, van siempre de lo público a lo privado. Con la dimensión de los espacios y la cantidad de luz que entra a los mismos, se determinaba el acceso. Las sensaciones que producían los espacios más grandes con mayor cantidad de luz diferían de aquellos espacios de acceso restringido que eran más pequeños, con más elementos y más oscuros. De igual manera, los jeroglíficos que contaban las hazañas de los dioses eran tallados y se buscaba el relieve para contar las historias. Nuevamente, se busca rendir culto a algo significativo para el hombre del momento.


Templo del Antiguo Egipto

Estos dos ejemplos tienen que ver con lo sagrado. Karina Contreras, expone que “la idea de lo sublime ligada al sentimiento de conmoción, también lo está con el asombro, la fascinación y el temor ante lo incomprensible, de ahí que se corresponda con la asimilación de lo santo o sagrado, del mito y de la divinidad que rebasa los límites de la mente humana.” (Contreras, 2015) Kant llama sublime a lo que es absolutamente grande. Es aquello en comparación de lo cual toda otra cosa es pequeña. Con esto, afirma que debe usarse el concepto en sentido de que algo está fuera de toda comparación. Lo sublime conmueve y presenta diferentes caracteres. A veces acompaña cierto terror, a veces melancolía, en algunos casos meramente un asombro tranquilo, y en otros un sentimiento de belleza extendida sobre una disposición general sublime. Precisamente porque va más allá de la mente humana, genera angustia y miedo, pero a su vez causa admiración y sobrecogimiento, lo que está asociado directamente con lo sublime que expone Kant. Además de citar referentes antiguos como los son las pirámides y templos egipcios y los templos griegos, Contreras considera el estilo gótico “como el modelo arquitectónico capaz de encantar evocando lo numinoso para expresarlo en obras concretas… de este estilo medieval destaca cualidades como la oscuridad y el silencio que perfilan lo misterioso, pues al matizarse crean un ambiente místico, propicio para generar estados de ánimo introspectivos y de exaltación espiritual en el ser humano.”



Basílica Santa María del Mar - Barcelona

Sin embargo, Contreras cita al artista Barnett Baruch Newman en su ensayo “The sublime is now” de 1948, donde llega a la conclusión de que antes lo sublime surgía a partir de la idea de Dios, por ejemplo, en la arquitectura religiosa, y que en su época lo sublime ya se tenía que buscar dentro de lo sensible del ser humano. El autor se cuestiona cómo podemos lograr crear un arte sublime en un tiempo carente de leyendas y mitos.


“Al contrario que lo bello, lo sublime no suscita ninguna complacencia inmediata… Resulta demasiado poderoso, demasiado grande para la imaginación.” (Han, 2015) Esto significa que lo sublime no está concentrado ni en la obra ni en el hacer, sino en un juicio reflexivo contemplativo que es el que nos invita a la obra. Es mucho más grande que lo que vemos, según Kant.


Sin embargo, en arquitectura ¿qué es lo sublime, aquello que me conmueve más allá de lo tangible? Si pensamos en lo que dice Newman de que lo sublime parte de la idea de Dios, ¿cómo podemos lograr esa monumentalidad de la que habla Kahn, sin tener que hablar de lo religioso? Como dicho anteriormente, nace de la esencia y el espíritu de la arquitectura, mucho más allá de la función. Con lo mensurable, podemos lograr lo inconmensurable.


Zumthor dice que, si se piensa en el edificio como una masa de sombras, la luz natural hace percibir algo espiritual. Sin embargo, no es sólo un tema de luz. La composición que se logra con los materiales, con el agua, con la escala y el tamaño del espacio, entre otros, puede lograr conmover a aquellos que habiten el espacio. Como dice Louis Kahn, muchas veces la monumentalidad no se da de manera intencional. Depende del sujeto, de cómo este perciba el espacio y todos los elementos que lo componen. Sin embargo, la pregunta que busco contestar más adelante es ¿cómo lograr esa monumentalidad de manera intencional con el fin de conmover?


Un caso extremo o futurista de la monumentalidad en la época contemporánea podría ser el contra monumento. Este, busca rechazar la noción tradicional de monumento. Esto quiere decir que busca abolir la jerarquía que existe en los monumentos. Su estética es una escritura del día a día, abierta pero personal, manual pero libre, plástica pero profunda. Un ejemplo claro y cercano de contra monumento es “Fragmentos” de Doris salcedo. Nació de la idea de que, en este momento histórico en Colombia, carecemos de símbolos que puedan ser convertidos en monumentos capaces de otorgarle a la sociedad en su conjunto una versión única de lo que nos ocurrió en los años de conflicto. Es un espacio escultórico/arquitectónico cuyo fundamento y base son el piso construido con las armas dispuestas por la antigua guerrilla de las FARC. En total, nueve mil armas de los desmovilizados fueron fundidas y vaciadas por mujeres víctimas de la violencia sexual en el marco del conflicto armado en el país. El piso cuenta con más de 800 metros cuadrados y 37 toneladas de peso y buscará albergar por los próximos 53 años exposiciones y obras de artistas que ofrezcan distintas reflexiones sobre la guerra.


Contramonumento Fragmentos - Doris Salcedo

James E. Young, un especialista en estudios judaicos e ingleses, acuña el término contra monumento para referirse a la puesta en escena de los nuevos monumentos que reúnen una serie de patrones y características, tanto formales como conceptuales, que se diferencian de la iconografía del monumento tradicional. Antes de entender bien el significado de contra monumento, Young hace énfasis en el concepto de monumento. Dice que “el monumento permanecería esencialmente inmune al tiempo y al cambio, una reliquia testigo perpetua sobre una persona, un evento o una época”. El contra monumento es lo opuesto, es móvil y rechaza toda fijeza o unidad. Busca romper el discurso y mostrar una fractura social y una subordinación política. Según este autor, el objetivo del contra monumento no es conmemorar las grandes historias oficiales, sino realizar un trabajo de memoria o de contra-memoria, "según el cual la historia no oficial, las experiencias y los testimonios de las víctimas de tales acontecimientos sirven para sacar a la luz una versión de la historia con aspiración de verdad y justicia sobre el pasado. Es una herida que se ha negado, que la lógica del espectáculo vela y nos impide apreciar".


Estudiando varios de los casos y algunos monumentos que llamaron mi atención, pude notar algunos factores en común que estos tenían que son los que logran dicha monumentalidad. En primer lugar, el vacío y la ausencia en el espacio. Monumentos como Ground Zero en la ciudad de Nueva York, con dos vacíos gigantes en el suelo, muestran los espacios en los que se encontraban las Torres Gemelas antes del atentado el 11 de septiembre del 2001. Tanto en este como en “Fragmentos”, se busca la articulación del vacío y la ausencia. Según Doris Salcedo, es a través de esos elementos que puede establecer el carácter absolutamente irredimible de la guerra. “Un lugar de memoria vacío y silencioso no permite que el pasado que reelabora sea instrumentalizado por alguna de las partes del conflicto”.


El vacío y la ausencia

El contraste de la luz y la sombra y el balance que estas generan en el espacio, también son importantes en algunos de los monumentos. Muchos de estos buscan que, a una hora específica del día, el monumento pueda ser percibido de otra manera o que se resalte algún elemento importante. La capilla de la luz de Tadao Ando y Notre Dame du Haut en Ronchamp de Le Corbusier, son dos de las edificaciones que tienen un mejor manejo de la luz y la sombra y que no necesitaron de luz artificial para lograr rendirle el tributo a lo que estaban buscando.


En tercer lugar, tenemos la relación interior exterior. En los templos del antiguo Egipto que fueron mencionados anteriormente, se busca que no haya una relación de adentro hacia afuera. Esto con el fin de volver el santuario del templo algo muy privado a lo que no todo el mundo tiene acceso. Estos templos son bastante macizos y cerrados hacia el exterior, como un bunker, que no permite ningún tipo de relación con el adentro.


Relación interior - exterior

En todos estos templos y/o monumentos, podemos ver que todo converge en un espacio. Siempre se busca darle una jerarquía a algún elemento o que todo llega hacia un mismo espacio que se quiere que sea el de mayor importancia. Las iglesias y las catedrales, independientemente de la época, siempre tienen el altar que es el espacio más importante y hacia dónde se dirige la atención siempre. Eso buscan los monumentos y la monumentalidad: un espacio de mayor jerarquía.



Convergencia

Por último, la proporción en el espacio. Usualmente, cuando se habla de monumental, se habla de algo bastante grande, que haga sentir al ser humano muy pequeño. Sin embargo, creo que se puede lograr dicha monumentalidad en el espacio con elementos pequeños. Lo que entra a volver esto algo monumental, vendría siendo el contexto en el que nos encontramos y la historia que haya detrás de los elementos.


Proporción

Ahora bien, como pudimos notar, los ejemplos que fueron mencionados, especialmente en la categoría anterior, tienen una jerarquía y están buscando rendirle tributo u homenaje a algún ser/Dios o a algún hecho histórico ocurrido en el pasado. Pero ¿dónde queda la monumentalidad sin religión? ¿Por qué la espiritualidad tiene que referirse a espacios de culto y de oración, cuando puede ser algo que sea mucho más cercano al ser humano, donde pueda encontrarse a sí mismo, sin sentir que hay una jerarquía? ¿Cómo crear un contra monumento que no necesariamente haga memoria a algún evento o a víctimas de algún conflicto?


Sector inmobiliario: máquina constructora.


Para poder llegar a una respuesta, he decidido investigar un poco acerca de la construcción y el mercado inmobiliario en la ciudad de Bogotá, para poder entender qué es lo que se está construyendo con mayor frecuencia y cual es la prioridad que tiene una ciudad como Bogotá.


La tendencia de la construcción en el país en este momento se enfoca más hacia la vivienda. En el 2018 se vendieron 172.013 viviendas nuevas en el país: 60% vivienda de interés social, 30% vivienda de segmentos medios y 10% vivienda en el segmento algo, según la Cámara Colombiana de la Construcción. Como se sabe, la vivienda de interés social es construcción en masa. Es aquí donde se está perdiendo lo inconmensurable de la arquitectura, porque se está buscando simplemente vender. La vivienda de interés social, aunque tiene todas las ventajas imaginables, deja de lado la esencia de la arquitectura. No se piensa en la habitabilidad ni en lo que realmente me conmueve de los diferentes espacios. Son eso, solo espacios que no tienen nada que los haga diferenciarse de los otros. Lo inconmensurable de la arquitectura lo estamos viendo principalmente en la arquitectura religiosa, al igual que lo monumental. Son estos espacios con un significado y con una historia detrás, los que transmiten esta espiritualidad y esta sensación de relajación y conexión con algo más allá.


Hay un deterioro físico y simbólico del patrimonio arquitectónico. Esto quiere decir que hay una pérdida de la dimensión inconmensurable del proyecto arquitectónico, producto de la dinámica inmobiliaria, lo cual deriva en un importante déficit de espacios para el desarrollo de la espiritualidad en zonas urbanas densificadas.


¿Espiritualidad = religión?


La espiritualidad tiene que ver con las fuerzas fundamentales que impulsan nuestras vidas, pasiones, y preocupaciones más profundas. Es el origen de nuestros sueños, valores y deseos. Es la fuente de energía de energía fundamental que alimenta nuestras emociones, relaciones y todo aquello que consideremos significativo. Es natural del hombre, todos vivimos nuestra espiritualidad de diferente manera. Sin embargo, aunque la espiritualidad hace parte de la vida religiosa, no siempre tiene que estar ligada a ella. Muchas veces, confundimos la espiritualidad con la religión, y cuando hablamos de espacios para la espiritualidad, se entiende como espacios de culto o dedicados a algún Dios en específico.


En un país como el nuestro, la arquitectura de carácter espiritual siempre está relacionada con la religión. En Bogotá, hay exactamente 1.544 lugares de culto. Por ser un Estado laico, en el país hay iglesias y templos de todas las religiones. Sin embargo, la que predomina es la Iglesia católica con más de 310 iglesias ubicadas por toda la ciudad. Si pensamos en espiritualidad, pensamos en religión, pero ¿por qué? Vivimos en un país, que, aunque laico, más de la mitad de sus habitantes son practicantes de la religión católica y de cierta manera se les ha inculcado que el espíritu está ligado a Dios.


En las últimas décadas, la iglesia católica ha perdido su influencia en los Colombianos. Miles de fieles desertan el catolicismo cada año y la iglesia pierde fuerza en campos como la política, la educación y los medios de comunicación. Antiguamente, las minorías religiosas no alcanzaban el 1% de la población de Colombia. Hoy en día, cerca del 20% de la población practica una religión diferente y cerca del 5% se declaran increyentes. Todo esto se ha dado por la individualización. Muchos fuimos bautizados como católicos, pero no practicamos la religión. Hoy se considera que se tiene el derecho a elegir la religión o la iglesia que se acomode mejor a nuestras necesidades y esta decisión puede ser reconsiderada en caso de no sentirse a gusto. Cada quien practica la religión a su manera. Incluso actividades como el yoga y la meditación gozan de una buena acogida en ciertos sectores urbanos. Estas actividades, son conocidas porque alimentan el espíritu y permiten al que las practica, encontrarse consigo mismo.

Son estos lugares de espiritualidad, de paz, los que no hay en la ciudad. Si los hay, son muy escasos y puede que no estén ubicados en los lugares más estratégicos. Usualmente, se buscan sectores aislados, donde haya mucha paz y tranquilidad, para lograr mejor funcionamiento. Pero yo me pregunto: en medio del caos, ¿cuáles son los sectores de la ciudad que podrían tener estos espacios de encuentro y dedicados al estado de paz y de tranquilidad del ser? Para poder encontrar el mejor sector para el emplazamiento, se pensó en los sectores empresariales de Bogotá. Según un estudio realizado, uno de cada cinco bogotanos, en algún momento de su vida, ha tenido que consultar a un especialista por padecer de depresión, angustia, ansiedad, nerviosismo o estrés. La agitación y el caos en la ciudad son solo algunos de los factores que hacen que los ciudadanos se sientan de esta manera. Los ciudadanos más estresados se encuentran entre los 25 y 30 años y aunque hay muchos factores que los afectan, las causas más frecuentes de estrés son el trabajo (54%), malas decisiones financieras (39%) y problemas de pareja (19%).


Las zonas empresariales en Bogotá no cuentan con espacios de descanso para los trabajadores que los frecuentan diariamente. Los espacios que tienen para descansar en su hora de almuerzo o cuando tienen tiempo, son muy reducidos o suelen ser bastante caóticos. No solo no hay equipamientos que permitan la relajación, sino que no hay espacio público tampoco. La ciudad cuenta con un déficit del 74% en espacio público. No hay casi zonas verdes ni arborización, lo que hace que no solamente el aire que se respira sea intolerable, sino también el ambiente de trabajo. Todo esto causa que el 70% de los ciudadanos considere que no tiene ni el tiempo ni el espacio para relajarse.


Hay un déficit de espacios públicos y arquitectónicos destinados a la espiritualidad no religiosa en zonas densas y empresariales en Bogotá, y un aumento de la demanda de estos espacios por parte de la población urbana.


Una de las zonas empresariales más importantes de la ciudad de Bogotá, es la calle 72. Es allí donde se concrenta una alta densidad de edificios de oficinas y bancos, de los más importantes del país. Por esta razón, se ha escogido este sector, más específicamente sobre el eje de la carrera séptima, donde se encuentran la mayoría de los empresarios de la zona. De igual manera, es muy poco el espacio público en el sector, y aunque cuenta con un alto cluster de comercio, no cuenta con zonas de permanencia ni parques para los trabajadores. Es importante brindarles un espacio en el cual puedan estar en su hora de descanso.



La pregunta ahora es ¿cómo lograr esa monumentalidad, lo inconmensurable y esa espiritualidad en espacios tan caóticos de la ciudad? En una ciudad como la nuestra, estos espacios y esa identidad que debería tener la arquitectura se han perdido con el paso del tiempo. La arquitectura espiritual, no necesariamente tiene que referirse al culto o la religión, ni a un hecho histórico importante. La espiritualidad está dentro de cada uno de nosotros y es posible dejarnos conmover e impactar por el espacio mismo, que por el significado que este lleva detrás.


Por todo lo anterior, se presenta como objetivo principal contribuir al ejercicio de proyectación en arquitectura en espacios de espiritualidad no ligados a la religión, para lograr conmover y recuperar el simbolismo y significado del patrimonio arquitectónico en la sociedad contemporánea.

Por esto, se piensa desarrollar un equipamiento en una de las zonas empresariales más densas e importantes de la ciudad de Bogotá para contribuir a la creación de espacios dedicados a la espiritualidad y el encuentro humano, con el fin de brindar lugares para la relajación y la reducción de la ansiedad y el estrés en los trabajadores y empresarios de la zona.

Todo esto se busca porque la arquitectura ha perdido su esencia y su importancia en la sociedad contemporánea, una sociedad cambiante y efímera que busca vender y comprar propiedades todo el tiempo. Muy pocos arquitectos se preocupan realmente por lograr conmover a los usuarios del proyecto. Todos están haciendo la misma arquitectura. Es por esto se pretende hacer un equipamiento con un uso enfocado a la espiritualidad sin culto ni religión. Se pretende volver a lo inconmensurable de la arquitectura mediante lo mensurable y lo que si podemos ver.

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