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Foto del escritorMaria Fernanda Rozo

Paisaje rural, un territorio a intervenir

A raíz de un viaje académico hace al menos 3 años, donde recorrimos con mirada crítica y desde la óptica de arquitectos algunas ciudades, pueblos y veredas del bajo magdalena, nace el interés de entender más a fondo las dinámicas de los territorios rurales y la inquietud de cómo podemos aportar los arquitectos a sus diversas problemáticas, que son a la vez tan particulares y distintas a las que enfrentamos regularmente en la academia cuando intervenimos la ciudad. Las ciudades son territorios con un nivel de complejidad alto colmado de fenómenos a intervenir; no obstante los territorios rurales son de gran importancia y juegan un papel crucial en las dinámicas de nuestro país, además de esto y no menos importante, también presentan diversas situaciones en las que se ven afectados los paisajes naturales, los ecosistemas y las comunidades que lo habitan. Debido a vivencias en la infancia en territorios rurales y a los aprendizajes durante los años siguientes, hoy es para mí de vital importancia entender con claridad el valor de los fenómenos naturales y sociales de los territorios rurales, y así justificar porque debemos preservar estas características a la hora de intervenir y aportar, como arquitectos formados en la ciudad, en el paisaje rural.

Para desarrollar el objetivo antes mencionado se analizarán las zonas rurales desde el concepto de paisaje, entendido este como área de la superficie terrestre que nace como resultante de la interacción entre diversos factores (bióticos, abióticos y antrópicos) y que cuenta con un reflejo visual en el espacio (Merino y Porto 2009), y como mencionan Busquets y Cortina (2009) existe la necesidad de percepción e interpretación para la existencia del paisaje. También desde el concepto de territorio, desde la óptica de la geografía que analiza y estudia los paisajes naturales, los espacios culturales y sus relaciones con las demás actividades que desarrollan los individuos.

El paisaje rural está compuesto por paisajes naturales y culturales, y es el resultado de una serie de acciones recíprocas entre el paisaje natural primitivo y el modificado por la actividad humana. Se manifiestan características espaciales como su baja densidad poblacional debido en parte a la cantidad de suelo ocupado con actividades productivas, el manejo de los recursos naturales como sustento para la población, actividades económicas principales como la agricultura y la crianza de animales para consumo propio o para la venta y la cercanía entre habitantes. Sin dejar de lado la complejidad de sus relaciones con el paisaje urbano del cual es dependiente en muchos aspectos.

En el territorio colombiano podemos resaltar de estas zonas, a diferencia de las zonas urbanas, el modo de vida desde dos focos, la calidad del ambiente y los ecosistemas, relacionándolo con los servicios ecosistémicos que aún se encuentran en alto porcentaje. Por otro lado a la noción de comunidad, como lo menciona el sociólogo estadounidense Louis Wirth en el artículo “el urbanismo como modo de vida” (1938). La vecindad, el conocimiento personal y las relaciones permanentes (incluso a través de generaciones) son características propias del mundo rural.

“Los lazos de parentesco y vecindad, y los sentimientos forjados durante generaciones de vida en común, de acuerdo con una tradición popular, probablemente falten -o, en el mejor de los casos, sean débiles- en una agrupación humana cuyos miembros sean de orígenes, antecedentes y niveles educativos tan distintos, como los que se dan en la ciudad. En tales circunstancias los mecanismos de la competencia y del control formal sustituyen a los vínculos de solidaridad que se establecen en una sociedad tradicional para mantenerla cohesionada”.(Wirth, 1938)

Antiguamente en países de europa la aldea era reconocida como sociedad de solidaridad y para que funcionara como tal existían dos determinantes: que tuviera un tamaño adecuado para que la mayoría de sus habitantes se conocieran y que la mayor parte de actividades humanas pudieran realizarse en el territorio y que sólo esporádicamente se desplazaran a centros poblados de mayor nivel. En Colombia si comparamos las veredas con las aldeas podemos ver que solo cumplen con la primera condición y que la carencia de la segunda es una de las causas principales de las problemáticas y el despoblamiento del territorio. Otra de las causas se relaciona con uno de los sucesos que marca todo nuestro territorio como país, el conflicto armado, la guerra que ha alterado desde hace más de cincuenta años el desarrollo principalmente de los territorios rurales.

Antiguamente en países de Europa la aldea era reconocida como sociedad de solidaridad y para que funcionara como tal existían dos determinantes: que tuviera un tamaño adecuado para que la mayoría de sus habitantes se conocieran y que la mayor parte de actividades humanas pudieran realizarse en el territorio y que sólo esporádicamente se desplazaran a centros poblados de mayor nivel. En Colombia si comparamos las veredas con las aldeas podemos ver que solo cumplen con la primera condición y que la carencia de la segunda es una de las causas principales de las problemáticas y el despoblamiento del territorio. Otra de las causas se relaciona con uno de los sucesos que marca todo nuestro territorio como país, el conflicto armado, la guerra que ha alterado desde hace más de cincuenta años el desarrollo principalmente de los territorios rurales.

Ito propone cuatro pilares en su nueva filosofía de arquitecto trabajando en áreas rurales: restaurar la sana relación con la naturaleza, revisar las herramientas que cada comunidad puede ofrecer aprovechando su carácter de locales, nutrir el patrimonio y la cultura local para que estos permanezcan en el tiempo y llegue a futuras generaciones y por último rediseñar los centros comunitarios ya que estos juegan un papel fundamental en la redes personales. Por otro lado el arquitecto y urbanista Rem Koolhaas (2016) afirma que el 50 % de la población está viviendo en las ciudades y esta situación se ha convertido en una excusa para ignorar el 98% de la superficie terrestre. Manifiesta que “ Debemos pensar en metodologías para un paisaje del que tarde o temprano tendremos que hacernos cargo.” También señaló que “las tendencias globales apuntan a transformar el campo en grandes espacios industriales robotizados que no están pensados para las personas”, tampoco para otros seres que habitan el territorio.

La transformación de los paisajes rurales es un proceso sin pausa, lo que se cuestiona actualmente es cómo estas transformaciones han afectado de forma irreversible el territorio y cual seria la manera más acertada de intervenirlo sin desaprovechar y desaparecer las dinámicas actuales favorables.

Aunque en Colombia el panorama de los territorios rurales es muy distinto al de países desarrollados, donde ha existido un éxodo mayor hacia las ciudades y donde se han perdido sectores tradicionales a costa de la industrialización, muchos de nuestro pueblos y veredas han sido consumidos por la urbe o se ha convertido en “trozos” de ciudad, estos territorios ven como único camino hacia el “progreso” urbanizarse. Esto no quiere decir que las ciudades solo le produzcan afectaciones negativas, de hecho están consideradas dentro del pensamiento colectivo como lugares con oportunidades de diversos tipos: económicas, culturales, comerciales y globales incluso se relacionan con el concepto de libertad. El verdadero problema es que el territorio empieza a formarse por trozos generando una ruptura progresiva que no produce espacios de solidaridad porque cada trozo está desvinculado, adicionando el gran daño que se le genera al paisaje natural cuando el desarrollo de estos espacios se hace sin control ni conciencia, lo que a la postre termina desmejorando la calidad de vida de todos en el territorio.

Afortunadamente la características de nuestro entorno físico y el contexto social han dificultado su homogeneización y actualmente también se están planteando nuevas formas de intervenir el territorio rural, una de estas herramientas en la nueva ruralidad, Wilson Vergara Vergara profesor de la Universidad de la Salle en su artículo “Desarrollo del subdesarrollo o nueva ruralidad para colombia” publicado en la revista de la Universidad de la Salle 55. Explica “ La nueva ruralidad propone cancelar la visión dual del mundo rural y el mundo urbano, y cambiarlo hacia una mirada holística que incluya la multifuncionalidad de lo rural. La nueva ruralidad es una propuesta de desarrollo humano que va más allá de la estrategia del crecimiento económico, y que pretende cerrar la brecha rural-urbana”. Así mismo el profesor de economía de la Universidad Autónoma de México David Barkin, propone en el libro “ La nueva ruralidad en américa latina, maestría en desarrollo rural 20 años” “Aislar de alguna manera estas comunidades(rurales) de la economía global, produciendo productos con cualidades especiales (orgánicos,genéricas, campesinas, etc) y fortaleciendo servicios que puedan compensar, alentar e impulsar el fortalecimiento de sus actividades dentro de un manejo ambiental sostenible”

También existen otras herramientas que pueden hacer parte de las transformaciones actuales de las áreas rurales que actúen de manera diferente sobre el territorio y la relación humana con el paisaje natural. Una de estas puede ser la permacultura, presentada como esta alternativa de vida urbana, un concepto acuñado por Bill Mollison y David Holgrem desde 1978, el cual se entiende como:

“Un sistema de diseño para la creación de medioambientes humanos sostenibles. La

palabra en sí misma es una contracción no solo de agricultura permanente sino también de cultura permanente, pues las culturas no pueden sobrevivir por mucho tiempo sin una base agricultural sostenible y una ética del uso de la tierra. En un nivel, la permacultura trata con plantas, animales, construcciones e infraestructuras (agua, energía, comunicaciones). Sin embargo, la permacultura no trata acerca de estos elementos en sí mismos sino sobre las relaciones que podemos crear entre ellos por la forma en que los ubicamos en el paisaje.

La permacultura busca asentamientos en donde se integre la vivienda, la energía, los animales, los árboles, los cultivos , los recursos, la sociedad y la educación y cuenta con tres pilares; el cuidado de la tierra, el cuidado de las personas y la repartición equitativa. Pretende también integrar a los seres humanos con la naturaleza en una relación de simbiosis positiva.

Cabe aclarar que estas herramientas pueden no dar respuesta a cómo deberían transformarse los paisajes rurales en nuestro país pero si abren la posibilidad de distintos escenarios de transformación y obligan a pensar que existen otros caminos de intervención diferentes a los existen actualmente y a los aprendidos en la academia.

Concluyendo, después de entender a grandes rasgos la complejidad del territorio rural, los diferentes factores que lo componen y todo lo que está en juego con sus constantes transformaciones, es importante preguntarnos, como arquitectos formados en la ciudad, ¿Cómo intervenir en el paisaje rural sin sugerir un desarrollo urbanita? para esto es imprescindible entender que como habitantes de ciudad tenemos un concepto de progreso interiorizado que quizá sea un camino erróneo a la hora de intervenir, bien sea con la mejor voluntad un territorio rural, de esta afirmación nace también el interrogante de ¿Cómo un arquitecto de ciudad puede entender el paisaje rural y ser capaz de observar sus cualidades? y ¿Cómo se ve reflejado el paisaje cultural que resaltamos de las zonas rurales en su espacialidad? para así poder intervenir de la manera más apropiada y no afectar la noción de comunidad, su biodiversidad y servicios ecosistémicos que son aspectos que intentamos recuperar a toda costa actualmente en las ciudades.


Referencias


Busquets, Jaume y Albert Cortina. 2009. Gestión del paisaje: manual de protección, gestión y ordenación del paisaje. Barcelona: Ariel.

Otero, Luis. 2009. “Arquitectura y diseño del paisaje forestal: impacto de las plantaciones en el sur de Chile”. Ponencia presentada en el XIII Congreso Forestal Mundial, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, Buenos Aires.

El blog de José Fariña, El paisaje rural como patrimonio cultural, publicado el 10 de octubre de 2008, consultado en https://elblogdefarina.blogspot.com/2008/10/paisaje-rural-y-paisaje-cultural.html 2019

El blog de José Fariña, El mundo rural despierta, publicado el 5 de octubre de 2019, consultado en https://elblogdefarina.blogspot.com/2019/04/el-mundo-rural-despierta.htmll 2019

Internation green, The Not-So-Pleasing New Face of “Modern”, Toyo Ito at the Omishima Ikoi-no-Ie

Conferencia Rem Koolhaas,Congreso Internacional que organiza la Fundación Arquitectura y Sociedad en Pamplona, España.(2019) consultado en https://www.archdaily.co/co/790455/rem-koolhaas-en-number-cambiodeclima-el-desafio-actual-de-la-arquitectura-esta-en-entender-el-mundo-rural 2019

Ecointeligencia, Permacultura, diseño sostenible al servicio de la agricultura, publicado el 6 de marzo de 2015 consultado en https://www.ecointeligencia.com/2015/03/permacultura-diseno-sostenible-agricultura/ 2019

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